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Gente de Marruecos

Gente de Marruecos

¿Quiénes son los Gente de Marruecos?

Su religión es cercana al mundo árabe, y sus tradiciones se parecen mucho a las europeas. Hay una sutileza y una comprensión especial del mundo que aportan a sus costumbres. ¿Quiénes son los Gente de Marruecos y qué han vivido en su historia?

Gente de Marruecos

Para muchos viajeros, Marruecos no sólo parece un país lejano y exótico, sino también un depósito del pasado en la modernidad. Esto es cierto: junto a los últimos inventos de la humanidad aquí se encuentran tradiciones que existen desde hace varios miles de años. En una combinación tan armoniosa y desafiante está el mérito de la población local.

Los primeros asentamientos en las tierras marroquíes han aparecido alrededor del siglo XV a.C., aunque muchos investigadores sugieren que esta cifra es inexacta, y que las primeras personas estuvieron aquí mucho antes. Uno de los primeros pueblos que habitaron el territorio de Marruecos fueron los bereberes, que aún viven en los oasis.

Unos siglos más tarde, los marroquíes se encontraron con los primeros extranjeros. Los fenicios llegaron a ellos y comenzaron a construir las ciudades y los puertos que necesitaban en las costas. Tras la llegada de los cartagineses, los fenicios tuvieron que ceder, pero la llegada del dominio romano trajo consigo mucha guerra y destrucción.

Sólo a partir del siglo I d.C. la vida en la región se volvió más tranquila. Los romanos llamaron a los marroquíes «moros», considerando su territorio parte del gran imperio. En esta época, la población local se dedica activamente al comercio y a la construcción de ciudades y asentamientos.

También se producen cambios en cuanto a la religión. En Marruecos se predica el cristianismo, pero los lugareños eligen una de sus corrientes heréticas, rechazando el credo clásico.

Esta calma no dura mucho en suelo marroquí; pronto los bárbaros comienzan a hacer incursiones en el Imperio Romano y, tras su caída, llegan poco a poco a todos sus rincones. Entonces los marroquíes se encuentran presos en el territorio de un enfrentamiento entre dos poderosas fuerzas, los invasores bárbaros y el Imperio bizantino. El conflicto se resuelve a favor de este último, pero el poder bizantino no dura mucho. Los conquistadores árabes establecen el Islam en estas tierras, subyugando a la población indígena. Incluso se establece un estado independiente durante un breve periodo, pero se desintegra al cabo de un siglo, dividiéndose en secciones gobernadas por dinastías locales.

La segunda mitad del siglo XVI se considera el apogeo de Marruecos. Las regiones enfrentadas del país se unen, lo que favorece el desarrollo de la arquitectura y la dirección cultural. Además, llegan muchos moriscos de las tierras españolas, que se convierten en mano de obra y aumentan la población de las zonas.

En el siglo XVIII, la situación se calienta debido a la oposición de tres potencias. Gran Bretaña, Francia y España ejercieron una enorme presión sobre los habitantes del país, tardando mucho tiempo en decidir a cuál de ellas pertenecía el territorio. Al final, los británicos ceden y el territorio marroquí se reparte entre los otros dos competidores, quedándose los franceses con la «parte del león» de Marruecos.

Estas vicisitudes históricas han contribuido al desarrollo de una cultura heterogénea y de diferentes dialectos lingüísticos. Los marroquíes hablan árabe, pero la mayoría de ellos también hablan francés y bereber. En la actualidad, el número de este pueblo alcanza casi los 15 millones.

Tradiciones del Gente de Marruecos

En general, Marruecos combina rasgos del mundo árabe y del europeo. Esta interesante combinación ha afectado tanto al ámbito cultural como a las tradiciones de los marroquíes. Por ejemplo, la hospitalidad de este pueblo es uno de los principales rasgos distintivos. Un invitado en un hogar marroquí recibirá el mejor trato, se sentará en el lugar más honorable y estará rodeado de atenciones y cuidados. Como en muchos países europeos, los marroquíes tienen la costumbre de dejar los zapatos en el umbral, pero entran descalzos en la casa. Al mismo tiempo, el invitado no debe acudir sin regalos a los anfitriones. Los recuerdos o los dulces son perfectos.

A muchos turistas les sorprende la mesa de las fiestas marroquíes. En ella no hay absolutamente ningún cubierto. Según la tradición, no son necesarios. La comida tradicional, el cuscús, a base de cereales, debe comerse con las manos, agarrando suavemente con tres dedos de una mano. Antes y después de comer es necesario lavarse las manos, para lo que se sirven dos recipientes con agua.

Los Gente de Marruecos son muy aficionados a las conversaciones animadas en torno al té. Sorprendentemente, nunca beben esta bebida en tazas grandes: se cree que el mejor té es el caliente y aromático. Por eso una persona puede beber más de cinco tazas pequeñas de té recién hecho en una fiesta de té.

Otro producto venerado es el pan. No se acostumbra a comerlo apresuradamente y en grandes cantidades. Según los marroquíes, ese trato es irrespetuoso con el alimento sagrado.

Según las creencias de los marroquíes, no es costumbre que los marroquíes muestren sus sentimientos románticos en público. Por lo tanto, besarse o abrazarse en público se considera de mala educación. También hay muchos requisitos de apariencia, especialmente para las mujeres. Las mujeres marroquíes se cubren todo el cuerpo, y en la cabeza se atan un pañuelo. Esto se adapta perfectamente al clima local, así como al cumplimiento de las normas de decencia. La ropa corta o abierta se considera vulgar e inapropiada.

Otra prohibición para los marroquíes es el alcohol. Según su religión, no se les permite beber alcohol, por lo que sólo se ofrece a los turistas. Incluso en los días festivos y durante las celebraciones familiares, los marroquíes beben su té favorito.

Los marroquíes son un pueblo interesante con una historia complicada. A lo largo de los siglos, el poder en su tierra ha cambiado, trayendo tanto problemas como oportunidades de prosperidad a la región. Los marroquíes de hoy son de mente abierta, extrovertidos y emprendedores. Gracias a estas cualidades y a su ingenio innato, han sobrevivido a la vorágine de acontecimientos y siguen siendo un pueblo singular y único. Para más información, póngase en contacto con nosotros

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